Hoy se celebra una fecha muy especial en el calendario, el Día del Padre. La figura paterna toca de cerca el corazón de cualquier hijo porque durante la niñez, el padre es ese símbolo de perfección, valentía, ilusión, fuerza y motivación en el que cualquier niño se mira con orgullo a modo de un espejo.
Luego llega la adolescencia, etapa más compleja en lo que a la relación entre padre e hijo se refiere ya que en este tiempo es habitual que los padres y los jóvenes estén más distantes, haya más discusiones y conflictos. Sin embargo, cada etapa de la vida tiene su lado positivo y la importancia de la figura paterna es básica a nivel de valores y a nivel de amor.
Por ello, en el Día del Padre, aquellos que perdieron a su padre, le echan de menos e intentan tener un recuerdo simbólico a nivel emocional. Del mismo modo, aquellos que sí tienen padre, buscan un tiempo en su agenda para dar prioridad a la familia durante esta jornada que se celebra a nivel familiar.
El Día del Padre es un buen momento para revisar la situación actual de la relación entre padre e hijo para poder hacer cambios en relación con esas cosas que no funcionan y para mantener esos puntos que sí marchan bien. Las relaciones familiares son muy complejas y conviene hacer reajustes con frecuencia.
Pero además, el Día del Padre también es el momento ideal para decir te quiero y estar con los seres queridos porque el amor de la familia alimenta la autoestima, aporta seguridad y confianza. Por ello, recuerda que en realidad, cualquier día puedes celebrar el Día del Padre para que la relación esté viva y sea saludable.
Feliz Día del Padre y apuesta por el cariño como una medicina natural para animar el alma y curar las penas del corazón.