Existen momentos de dudas, situaciones vitales en los que la persona tiene la sensación de estar en un punto en el que muchos de sus valores son cuestionados. Una persona en situación de crisis reflexiona con mucha intensidad sobre su presente, su pasado y su futuro, no observa las cosas con claridad fruto de las dudas que experimenta en ese momento.
Una crisis existencial es muy humana, de hecho, es sinónimo de crecimiento. Lo normal a lo largo de la vida es que una persona supere una crisis existencial en algún momento. Una crisis puede referirse a ámbitos muy diferentes: crisis vocacional, crisis de pareja, crisis de religión…
Las emociones que surgen en una crisis existencial son muy desagradables e incómodas, sin embargo, es recomendable no huir de este tipo de emociones. Lo que de verdad importa, es tener paciencia, escuchar el mundo interior, reflexionar de forma profunda, dar tiempo al tiempo y no encerrarse en uno mismo.
Una crisis existencial puede hacer que una persona se encierre en sí misma, lo que de verdad importa es compartir este momento personal con amigos y familiares con los que poder charlar. El amor y la amistad en sus diferentes formas y manifestaciones son un soporte vital muy importante.
¿Cómo superar una crisis existencial? Hacer un proceso de coaching puede ser una buena medida para lograr este objetivo. En un proceso de coaching, el coachee encuentra el entorno ideal para reflexionar sobre sí mismo con el apoyo que aporta contar con el papel del coach que es como un guía.
La vida es un proceso de autodescubrimiento constante. Cualquier persona cambia y evoluciona a lo largo de la vida. Por tanto, mente y corazón deben conectar en armonía con la luz del presente para alcanzar la verdad de la felicidad. Una verdad que en un periodo de crisis existencial tiene un color más gris y triste. Respeta tu ritmo interior, la prisa no es buena consejera al querer superar una crisis existencial.
Foto – Dentama