A la hora de someternos a una intervención quirúrgica cuyo objetivo es el trasplante de pelo, deberíamos tener en cuenta que no todas las pieles aceptan este tipo de operaciones y que, por lo tanto, lo más recomendable es visitar al dermatólogo con el fin de que te recomiende el mejor tratamiento de acuerdo a la características y necesidades de uno mismo.
Es cierto que con la opinión de un profesional uno suele quedarse más tranquilo, pero la razón real de esto es evitar las sorpresas desagradables o, incluso, la frustración; si su piel no acepta el transplante de pelo, lo rechazará: esto podría provocar una serie de desórdenes mentales nada agradables para nuestra psique.
Los criterios más comunes y lógicos para la determinación de si nuestra piel está preparada o no para recibir un transplante de pelo son varios. El primero y más importante es no tener problemas de cicatrización ya que el transplante de pelo suele hacerse mediante un injerto. Una mala cicatrización puede derivar en sangrados o en infección cutánea.
Al tratarse de una cirugía y hacer uso de anestesia, debemos ser evaluados por el cirujano y por el anestesista para asegurarnos de que estamos lo suficientemente sanos como para someternos a una operación quirúrgica. Respecto al transplante de cabello, no se recomienda esta operación para jóvenes pacientes de entre 18 y 25 años, ya que la pérdida de pelo será continua en el tiempo y el transplante no estará bien distribuido por la zona capilar.
También el sexo influye en los transplantes de pelo. Por norma general, los hombres suelen ser mejores candidatos que las mujeres para someterse a este tipo de cirugía ya que su calvicie suele estar localizada en una zona capilar concreta. Sin embargo, la caída del pelo de las mujeres suele ser bastante general y, por lo tanto, es más complicado localizar las áreas alopécicas.
Otro aspecto a tener en cuenta respecto al transplante de pelo es la progresión de la pérdida de pelo. Normalmente, es preferible operar a personas que ya han perdido bastante pelo, ya que suele ser más sencillo localizar la zona de pérdida capilar. Por otro lado, también depende del tipo de pelo, pues realizar injertos de pelo liso es mucho menos productivo que de pelo grueso debido a su densidad. Con una mayor densidad en nuestro pelo parecerá que tenemos mucho más volumen.
Si crees ser el candidato perfecto para un trasplante de pelo, tan solo te falta encontrar al equipo médico adecuado. En este sentido lo más sensato es acudir al Instituto del Pelo, donde gracias a sus métodos FUE y FUSS consiguen un resultado muy natural.