Cómo identificar a un oportunista y alejarte de él

El “oportunismo”, según algunas personas, puede ser una palabra que hable de sí para bien y para otros, muy mal, pero el asunto es que avistaremos este tipo de personas recurrentemente (en la vida personal, laboral, hobbies, etc.) y, posiblemente, en nosotros mismos.

Lo importante es hacer de éste uno de nuestros hábitos positivos o aprender de las personas que lo han hecho para llegar a un punto de estabilidad que incluye la libertad financiera plena.

Características comunes de oportunistas

Son aspectos que forman parte de la personalidad estoica de quienes las presentan. Recordemos que toda persona puede cambiar. 

No obstante, sí revelan que han hallado la forma de adaptarse a las situaciones para ponerlas a su favor a costa de los demás y de los compromisos o relaciones establecidas en el pasado. No es necesario que las personas posean todas estas a la vez, más en su conjunto, sirven para tener un «modelo» de esta clase de individuos.

Actitudes comunes

1.- Pueden presentar rasgos psicopáticos

En algunos de ellos podremos apreciar rasgos y características mentales o conductas de trastornos; bien llámese asperger, mitomanía u otros. Suelen ser personas que no tienen una gran empatía por los demás, aunque en algunos casos pueden ofrecer una faceta de sinceridad aparente para intentos de manipulación.

Usualmente son muy frías, calculadoras y sin ningún tipo de piedad ante las personas de su alrededor, aunque no lo demuestren con una contundente violencia.

Formando todas estas características aspectos claves para su capacidad de manipulación, las mismas también suelen llegar a alcanzar puestos altos o relevantemente importantes con, por supuesto, una pequeña gama de personas a su disposición y con una gran confianza por parte de los demás directivos debido a su “parcialidad” laboral.

2.- Se rodean de personas influyentes

Quienes tienden o no a estos hábitos, conocen que las personas con más poder son nodos de relaciones, bien sea por el poder que estas mismas poseen dentro de una entidad o por su variedad de contactos con gente que conoce empresas aliadas o competencia del sector. Es por eso que desde una posición de “amistad” pueden apreciar una lista de posibilidades que se abrirían para ellos.

Sucede algo similar en los negocios y el trabajo, acostumbran tratar de verse profesionales e ideales para mantener una pulcra imagen y así tomar provecho de beneficios con las personas más influyentes de cualquier sector del mercado.

3.- Buscan el eslabón más débil de la cadena

Tanto como el anterior, estas personas son excelentes para analizar y establecer prioridades e intereses  en las personas dependiendo del nivel que pueda establecerse a cada una, basando estos dos pilares, en la posición, relevancia, consideración por el resto del equipo y, por sobre todo lo demás, una dureza o debilidad visible.

La segunda de estas dos últimas, puede darle la oportunidad de echar por tierra todas las características positivas que hayan sido consideradas para su posición y permitirle, en el mejor de los escenarios para sí, ocupar su puesto.

4.- Aprovechan el chantaje emocional

Es común que se identifiquen a ese tipo de personas, como “tóxicas”, pues las peores pueden dañar en gran medida los climas organizacionales y generar discordia entre unos que otros del personal, embebiendo de alguna forma odio o culpa sobre estas.

Las que se hacen más manipuladoras suelen contagiar ciertas creencias mediante una complicada forma de dar entender altercados o malos entendidos, que, visto con detenimiento, pueden sonar ridículamente absurdos.

5.- Juegan con los roles de género que les favorecen

Esto hace referencia a lo que puede significar una coartada ante excusas o situaciones de muchos tipos, por ejemplo, hacer creer a una mujer (aun con los tiempos que corren) que es completamente dependiente de su marido o pareja en cuestión, mediante la manipulación de entornos o variantes como, seguridad, finanzas o inclusive, emocionalmente.

Esto se da con una gran cantidad de mitos de la sociedad: aquel hombre que, por ser la primera cita, debe encargarse del todo de la cuenta, aquella mujer que tiene una relación de pareja de años de noviazgo y que tiene, por alguna razón obsesiva familiar, que casarse cuanto antes y muchos otros que podríamos mencionar.

Por supuesto, estas situaciones de dependencia o favor que desean crearse o aprovecharse muy seguido, al no ser acatadas al pie de la letra, en ocasiones las personas con estas facultades que tanto hemos mencionado, lo hacen ver como un hito que ha de ser cumplido o sufrir el peso de la sociedad por no hacerlo.

No hay que permitir a estas personas tomar el control, para ello, solo haz lo siguiente:

1· alíate más con tus compañeros.

2· refuerza o establece nuevos vínculos.

3· cuando alguien te hable de un aprovechador, observa tú, si puedes sacar algo de estos sin que represente una violación a tu ética y moral.

4· trabaja con mayor ahínco e involucra más a tus compañeros con un trabajo en equipo.

5· si no se ha contemplado el trabajo en equipo en tu organización, plantéalo tú mismo de alguna forma productiva y mediante la cual, aun cuando sea un pequeño grupo, el mismo se sienta motivado al trabajar de esa forma.

6· es importante que nos demos nuestro lugar, estas personas solo tendrán oportunidades de sembrar caos si nosotros lo permitimos, no dejes que te guíe un comentario y aprende a dejar de compararte con el resto y ver que eres un ser único.

 

Descripción del autor: Edith Gómez es editora en Gananci, apasionada del marketing digital, especializada en comunicación online. Se niega a irse a la cama cada noche sin haber aprendido algo nuevo. Le inquietan las ideas de negocio y, más aún, aportar una mirada creativa al pequeño mundo en el que vivimos.

Twitter: @edigomben