La felicidad es un concepto totalmente subjetivo, es decir, aquello que produce felicidad a una persona no tiene por hacer feliz también a otra persona. De hecho, cada persona es un mundo, es decir, tiene unos deseos, unos valores, unas metas y unos ideales concretos. Gracias a la diversidad, el universo es una maravilla porque cada corazón humano es una caja llena de sorpresas que conocer y descubrir.
El concepto de la felicidad es totalmente subjetivo, por ello, sigue tu camino, avanza firme hacia la consecución de tus metas y mira hacia el frente pero no te compares con nadie más. No quieras vivir la vida que tiene otra persona ni te sientas a la sombra del brillo ajeno. Eres una persona estupenda y tienes derecho a luchar por tu propia felicidad y a conquistar tus metas.
La felicidad es un horizonte de ilusión hacia el que caminar, por ello, es estimulante disfrutar del momento presente sabiendo que este momento es el mejor de toda tu vida. La vida se compone de una línea llena de momentos presentes que suman la perfección del equilibrio, la paz interior y el amor. Es decir, la verdadera felicidad reside en aprender a estar más consciente ahora y perder menos energía en momentos pasados o en situaciones futuras.
La felicidad es un punto en el camino y un horizonte. Por tanto, escucha tu verdad interior, piensa en positivo y no pierdas la capacidad de compartir tus ilusiones con los demás ya que eso te ayuda a ser mejor persona y a sentirte mejor contigo mismo.
El concepto subjetivo de felicidad también funda el respeto de entender que cada persona es diferente, por ello, tienes que comprender que un amigo sea feliz con algo que a lo mejor a ti no te hace sentir bien. La felicidad también es libertad.