La impaciencia muestra la actitud equivocada de aquel que se obsesiona con la meta y no disfruta del camino recorrido. La impaciencia ese impulso interior del alma que lleva a la persona a adelantarse al transcurso de los acontecimientos sin respetar el tiempo real que tiene la vida. Los planes de la vida real no siempre encajan en el momento exacto en nuestras expectativas. Que algo no haya pasado ya no significa que no vaya a ocurrir nunca. Ten cuidado de no tirar la toalla antes de tiempo porque podrías frustrarte.
¿Cómo calmar la impaciencia por conseguir metas?
1. En primer lugar, recuerda que hoy es importante. Hoy es el día más maravilloso de tu vida porque es real, es decir, es tu momento. Hoy puedes decidir qué quieres hacer y cómo deseas sentirte. No dejes que la impaciencia te aleje de conectar con las metas reales de tu situación presente.
2. Busca una ocupación que te ayude a conectar con este instante cuando sientas la intranquilidad de tu futuro pesando sobre tus hombros. Las cosas más sencillas sirven para tener la mente ocupada, por ejemplo, cocinar, leer un libro, salir a pasear, gestionar recados pendientes, andar en bicicleta… No te quedes de brazos cruzados y aprovecha el tiempo.
3. Toma la impaciencia no como una angustia vital sino como un estímulo para gestionar el recurso más valioso de la vida: el tiempo. El tictac del reloj avanza de una forma ininterrumpida, aprende a guiarte más por los tiempos de tu corazón que por los tiempos que marcan las agujas del reloj.
4. No por llegar antes a un punto vas a senitrte mejor. Por tanto, aprende a dar valor a cada paso porque cada paso es un más allá en tu crecimiento personal. Disfruta de ser tú mismo y de ser feliz con lo que de verdad importa.
5. Puedes escribir un diario de forma regular para aprender a dar valor al tiempo y reflexionar sobre tus vivencias.
Foto – Mariatolmo