La vida no solo es tiempo pero nadie puede ser ajeno a su propia realidad temporal marcada por la fecha de caducidad que tiene la existencia. Cada vida humana tiene un tiempo concreto y mientas que muchas personas se obsesionan con la duración de la vida, conviene recordar que lo que de verdad mide la felicidad no es tanto los años como la calidad con la que vives tu vida, es decir, tienes que buscar un sentido a tu destino para asegurarte de que estás en el lugar en el que de verdad quieres estar y compartiendo tu destino con las personas que te llenan de verdad.
El regalo del tiempo en realidad, trasciende a la voluntad humana porque las personas tienen control sobre su agenda pero no al punto de decidirlo todo hasta el último minuto. Sin duda, es imposible planificar la vida como si fuese un guión de película. Valora tu tiempo de verdad, como un tesoro que te ayuda a conectar con el lado bueno de las cosas porque solo cuando vives cada día como si fuese el último y te enfrentas a cada nueva jornada como un regalo en forma de amanecer, entonces, estás aprovechando el regalo del tiempo como un recurso que te ayuda a crecer como persona y a ser feliz de verdad.
Para hacer un buen uso del regalo del tiempo evita dejarte arrastrar por la corriente de la prisa tan propia de la sociedad actual y mira en tu corazón para seguir tu propio ritmo. Cada persona tiene su propio proceso, por tanto, escucha el latido de tu corazón que te guía como una brújula de amor y de esperanza.
El regalo del tiempo nos recuerda siempre que el carpe diem es la mejor filosofía de vida porque el ahora es lo que de verdad importa cuando se trata de ser feliz con el corazón.