Ayer se celebró el Día Mundial de la Sonrisa, sin embargo, la sonrisa no debería de ser tema exclusivo de un solo día sino que cualquier momento del año es propicio para recordar que la soonrisa es salud. Pero además, una sonrisa no solo beneficia a aquel que la ofrece sino también, a quien la recibe.
Todos los días deberían ser un motivo para sonreir nada más empezar el día puesto que una nueva jornada, pone ante ti nuevos retos y nuevas oportunidades para ser feliz. La sonrisa abre puertas a aquel que sale de su individualismo y vive desde la generosidad de mirar a los ojos del prójimo con amor y respeto: es decir, la sonrisa también es una expresión de amor, una forma de lenguaje corporal a través de la cual mostrar la luz interior.
Existen momentos que producen tristeza y en los que es más difícil sonreír. Por ejemplo, ante la muerte de un ser querido, en un despido laboral, en una situación de soledad, en un desamor, ante una mala racha… Sin embargo, es fundamental recordar que en realidad, a nivel de resiliencia el corazón humano tiene la capacidad de reinventarse y de volver a levantarse con fuerza después de una caída.
Y además, en los momentos de tristeza, una sonrisa también es una ayuda muy terapéutica para quien a través de este sencillo gesto recibe apoyo y consuelo en su vida.
Una sonrisa puede marcar una gran diferencia en tu felicidad, ser un punto de inflexión en el estilo de vida y en el modo en el que afrontas las cosas. Por tanto, toma la iniciativa de celebrar todos los días a nivel personal el Día Mundial de la Sonrisa con el objetivo de sumar vida a tu presente porque la felicidad al igual que la sonrisa es cuestión de actitud.
A modo de ejercicio de coaching, puedes elaborar una lista con todos los buenos motivos que tienes para sonreír a la vida.