Con frecuencia, los sueños se rompen dejando un sabor amargo en la mente de aquel que añora una realidad que no pudo ser. Existen demasiadas personas que se rinden ante el primer obstáculo y consideran que porque algo no pudo ser en ese momento, entonces, nunca podrá ser.
Este es un gran error porque la realidad es que la verdadera felicidad en la viva surge de no dejar que los sueños se oculten detrás de las nubes en el horizonte porque al igual que el sol permanecen ahí en los días grises, incluso, cuando no puedes verlos.
Para recomponer los sueños rotos, en primer lugar, analiza si de verdad es imposible reparar las heridas. En caso de que de verdad quieras dejar ir un sueño entonces debes hacerlo con gratitud y resentimiento. Pero si crees que todavía puedes alcanzar tu meta, entonces, adelante. Solo tienes que buscar un plan B e incluso, un plan C para conseguirlo. Existen muchas alternativas posibles deja volar tu imaginación para conseguir aquello que te propones con pensamiento positivo, fuerza e ilusión.
Visualízate a ti mismo dentro de dos años e imagina dónde quieres estar y cómo quieres que sea tu vida. Si no sabes a dónde te diriges entonces, es difícil que eso que quieres que suceda, ocurra finalmente.
Para motivarte en medio del desánimo puedes escuchar una canción que te dé fuerza, pedir un abrazo a una persona que quieres, hacerte un regalo a ti mismo…
Un sueño ha podido romperse dejando tristeza en tu corazón pero recuerda que te quedan otros muchos sueños, es decir, en la vida no te lo juegas todo a una sola carta porque mientras existe vista también hay esperanza.