Existen emociones que pueden intoxicarnos de una forma negativa, este es el caso del estrés, la ansiedad, el sufrimiento, el miedo, la incomprensión… Las emociones negativas pueden intoxicarnos y hacernos sufrir de verdad porque nos roban energía y son como unas gafas oscuras que dificultan nuestro campo de visión.
1. En primer lugar, incluye en tu rutina diaria más actividades que te hagan sentir bien de verdad y reduce el espacio de las obligaciones y los compromisos que no te aportan tanto como te gustaría. Deja de repetir tanto tengo que, y piensa en aquello que de verdad deseas hacer tú.
2. Refuerza tu descanso en tu vida diaria cuando atraviesas una situación negativa. Por ejemplo, puedes echarte una siesta durante el fin de semana para tomarte la vida con otro ritmo y con otra tranquilidad.
3. Rodéate de gente que te valora, te respeta y cuya compañía es una suma y no una resta en tu vida.
4. Piensa que todo es posible mientras que te das la oportunidad de intentarlo.
5. Cuida tu vocabulario emocional, por ejemplo, reduce el uso de los términos siempre, nunca, todo o nada porque nada es blanco o negro en tanto que la realidad admite muchos colores y muchos matices.
6. No te exijas a ti mismo más de lo que en realidad puedes dar de ti. Y tampoco consideres que todo está bajo tu control, por ejemplo, recuerda que una relación de pareja o una amistad es cosa de dos.
7. Anímate a cultivar aficiones como el canto, la música, la pintura o tocar un instrumento. Además de ser aficiones divertidas también podrás disfrutar mucho más del momento presente.
8. Improvisa en tu vida diaria, no tengas miedo, puedes explorar nuevos caminos para abrir nuevas puertas. Anímate a romper la rutina de verdad.